domingo, 5 de octubre de 2014

Imitación o lo que he aprendido de la película El ascenso del planeta de los simios

Shuo Liu*
Cuando nos enfrentamos con unos problemas, solemos fijarnos en los factores externos, pero no en los internos. De hecho, analizar los factores internos es una manera rápida y fundamental de resolver los problemas. En mi trabajo de investigación hay dos factores que pueden ser los internos para resolver el problema: la capacidad innata de imitación y el funcionamiento de las neuronas espejo. Los científicos, tras muchos experimentos e investigaciones, encontraron estos factores internos, lo que nos permite explicar y resolver muchas dudas, tales como ¿por qué imitamos inconscientemente a veces? y ¿cómo podemos aprender unas cosas aunque no intentemos a hacerlo ?
Por supuesto, no se pueden ignorar los factores externos. Para explicar bien los factores en el proceso del aprendizaje, elijo la teoría del aprendizaje vicario de Albert Bandura, que destaca la influencia del entorno para un individuo. Por eso, seleccioné los materiales sobre la imitación, las neuronas espejo y el aprendizaje vicario. Mientras tanto, pienso en unas películas adecuadas sobre estos factores.


La primera vez que vi la película El ascenso del planeta de los simios me dejó una impresión muy profunda. Es una película de ciencia-ficción en la que un chimpancé muy inteligente, criado por un científico, se convierte en el líder de los simios. Cuando fijé el tema de mi trabajo fin de máster, se me ocurrió esta película inmediatemente, aunque tenía otras alternativas. En esta película, el crecimiento del protagonista, César, un chimpancé, refleja muchas teorías científicas, incluidos los factores mencionados arriba.

Según la Teoría de la Evolución, el origen de los seres humanos es el simio. Quizá es la razón por la que los seres humanos tendemos a hacer investigaciones y experimentos en los simios para descubrir algo sobre nuestros antepasados. Las dos especies tienen tantas cosas en común que los científicos pueden sacar unos resultados de los experimentos en los monos para aplicar a los hombres. 
Así es el caso de la película: Will Rodman es un científico que se dedica a investigar un fármaco (ALZ-112) para el tratamiento de enfermedades de la atrofia del nervios humanos, el cual podría curar una serie de enfermedades como el Alzheimer. Después del experimento con los chimpancés, Will sabe que ALZ-112 sí funciona y lo aplica secretamente en su padre, quien sufre de la enfermedad de Alzheimer. A fin de curar la enfermedad de su padre, Will dedica mucho tiempo a investigar y realizar los experimentos con el ALZ-112, especialmente en el proceso de adoptar a César, el hijo de un chimpancé que fue inyectado con la droga.
Debido a una razón genética, César tiene neuronas muy bien desarrolladas, lo que le permite aprender muy rápido y ser capaz de entender e imitar a los hombres. Es decir, para César, el factor interno tiene ventajas. No hay ningún problema con su capacidad de imitar o con el funcionamiento de las neuronas espejo. En el proceso de imitación, César ha aprendido muchas cosas, no simplemente el lenguaje corporal, también algo que solo se puede adquirir por observación.


Un punto importante de esta película es el cambio del César. Al principio creía que la razón de este cambio es el cambio del entorno, es decir, los factores externos. Pero después de entender las teorías relacionadas, pienso que los factores internos también juegan un rol muy importante: el sistema de sus neuronas cerebrales, su inteligencia, las capacidades, etc. Estos son la base del desarrollo y el cambio de César, que responden las dudas como ¿por qué otros monos no pueden ser los líderes del levantamiento? En el caso de César, su capacidad innata de imitación e inteligencia y lo que ha aprendido del mundo humano se convierten en las razones de su éxito.




* Shuo Liu es Magíster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Cómo mejorar el conocimiento de la lengua y la cultura chinas en el extranjero

Ruiwen Zhang*
La popularidad del idioma chino ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas. El extraordinario desarrollo económico que ha tenido lugar en la República Popular China tras la puesta en marcha en el año 1978 de la política de Apertura y Reforma es una de las principales causas del interés creciente por aprender chino. Cada vez son más las personas que ven en el aprendizaje del chino no sólo una vía para abrir nuevas oportunidades empresariales o profesionales, sino también la llave a un universo cultural nuevo y distinto, heredero de una rica y milenaria civilización.
El nombre en chino del Instituto de Confucio es Kŏngzĭ Xuéyuán, siendo sus caracteres 孔子学院.  Esta institución debe su nombre a CONFUCIO, renombrado pensador, pedagogo y filósofo en la historia china, cuyos pensamientos han tenido una importante influencia en todo el mundo.  El Instituto Confucio es un instituto no lucrativo cuyo objetivo es promover la lengua y la cultura chinas, y dar apoyo a la enseñanza del chino en todo el mundo a través de los Institutos Confucio asociados.


Aunque el Instituto de Confucio ha obtenido gran desarrollo en los últimos años, existen algunos defectos en la actualidad. Primero, aunque todos los profesores del Instituto Confucio han recibido formación profesional y tienen el certificado de enseñanza, todavía podrían encontrar dificultades causadas por la diferencia entre los ámbitos de enseñanza, que es el ambiente lingüístico del chino o el de otros idiomas.  Segundo, los materiales se tienen que enfrentar al reto en el proceso de actuar según la situación concreta de cada momento. A veces, el libro es adecuado para estudiantes de los Estados Unidos mientras que es lo contrario para los de Inglaterra. Además, hay mucho espacio para mejorar en la didáctica. Generalmente, los extranjeros están firmemente convencidos de que el chino es uno de los más difíciles del mundo. Por lo tanto, se necesita una didáctica para romper este ¨conjuro¨, y cambiar su prejuicio  por la dificultad que tiene el chino, y que una buena didáctica pueda hacerlo fácil. 
En mi opinión, aunque el ambiente lingüístico se trata de un límite objetivo e incambiable, podemos hacer algo para mejorar la situación. Creo que se debe poner importancia en la creación del ambiente lingüístico de estudio para los estudiantes extranjeros. Podría aprovechar bien los recursos humanos de los chinos en el extranjero como ayuda al Instituto Confucio a organizar actividades lingüísticas para practicar el chino, y elevar el ánimo de estudio de los estudiantes. Además, pedir ayuda del gobierno local para abrir canales de televisión en chino sería otra manera de crear un ambiente lingüístico y puede favorecer la comunicación cultural al mismo tiempo.


La comunicación intercultural no solamente consiste en propagar la cultura china en el extranjero; conocer bien la cultura de otros países también juega un papel importante. Hablar de comunicación intercultural es hablar de comunicación entre las diferentes culturas de nuestro tiempo y de que esa comunicación ha de basarse en el entendimiento, la aceptación, la convivencia y el intercambio beneficioso para todos. Para la mejora del desarrollo del Instituto de Confucio y la de la comunicación cultural, en mi parecer, hay que poner atención a las perspectivas siguientes:
1)     Una buena política de comunicación cultural necesita evaluar sus propios recursos y conocer muy bien el medio en el que se va a realizar la comunicación para el mejor aprovechamiento de las acciones en marcha. Como se sabe, la cultura tiene muchos aspectos, es decir, la historia, la pintura, la gastronomía, la literatura, la música etc. Por eso se deben evaluar bien los recursos culturales del país y seleccionar las partes adecuadas en el proceso de la comunicación cultural para adquirir un mejor efecto sobre los receptores. Similarmente, para elegir entre distintos medios de comunicación, como por ejemplo las películas, los periódicos, las exposiciones de pintura, etc. se necesita conocer claramente cuál podría realizar su función perfectamente en las distintas condiciones culturales. 
2)     Hay que saber qué puede ser lo más interesante para los receptores de cada país.  Los diferentes países tienen diferentes estructuras sociales, reglas comerciales y formas de establecer relaciones. Así que en la comunicación cultural es muy importante estar enterados del gusto de los diferentes receptores para que comprendan y acepten la cultura china y cambien su percepción previa o prejuicios.  
3)     La comunicación intercultural es siempre a largo plazo. Como se sabe, los cambios de actitudes son lentos. Para aceptar las discrepancias y sus consecuencias superando las barreras culturales, psicológicas, sociales, políticas y religiosas, se requiere un cambio de actitud. Es decir, que si bien podemos asirnos a nuestras convicciones más profundas, las que forman parte de nuestra identidad y abrazarnos firmemente a ellas, debemos a la vez entrar en diálogo con otras convicciones igualmente profundas, sin tratar de imponer las nuestras, por lo tanto, desde consideraciones y argumentaciones de superioridad. Ciertamente se avanza en estos cambios de actitudes, pero de forma lenta. En consecuencia, será imposible que la comunicación cultural obtenga mucho éxito en poco tiempo, ya que siempre es un proceso a largo plazo.
4)     Extender la cultura nativa es siempre una buena construcción del fondo de la comunicación. Con una historia larga y muchos recursos culturales, China debe poner atención en mostrar la atracción de la cultura al exterior para un mejor conocimiento por los demás. Evidentemente, habrá una buena comunicación cuando se conozca mejor y más sobre el país y su cultura.
5)     Aprender una lengua es conocer su cultura, porque lengua y cultura siempre van unidas. Eso debe ser un principio de trabajo para el Instituto Confucio y el Centro Cultural de China que son las dos organizaciones oficiales más importantes para extender el idioma y la cultura. La relación entre los dos es tan estrecha que no se pueda separar en la comunicación cultural. Como organizaciones culturales, deben trabajar juntamente y añadir y compensar cualquier defecto del otro para una comunicación cultural más profunda y amplia.





* Ruiwen Zhang es Magíster en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.