Ruiwen Zhang*
La popularidad del idioma
chino ha crecido de manera exponencial en las últimas décadas. El
extraordinario desarrollo económico que ha tenido lugar en la República Popular
China tras la puesta en marcha en el año 1978 de la política de Apertura y
Reforma es una de las principales causas del interés creciente por aprender
chino. Cada vez son más las personas que ven en el aprendizaje del chino no
sólo una vía para abrir nuevas oportunidades empresariales o profesionales,
sino también la llave a un universo cultural nuevo y distinto, heredero de una
rica y milenaria civilización.
El nombre en chino del
Instituto de Confucio es Kŏngzĭ Xuéyuán, siendo sus caracteres 孔子学院. Esta institución debe su nombre a CONFUCIO,
renombrado pensador, pedagogo y filósofo en la historia china, cuyos
pensamientos han tenido una importante influencia en todo el mundo. El Instituto Confucio es un instituto no
lucrativo cuyo objetivo es promover la lengua y la cultura chinas, y dar apoyo
a la enseñanza del chino en todo el mundo a través de los Institutos Confucio
asociados.
Aunque el Instituto de
Confucio ha obtenido gran desarrollo en los últimos años, existen algunos
defectos en la actualidad. Primero, aunque todos los profesores del Instituto
Confucio han recibido formación profesional y tienen el certificado de
enseñanza, todavía podrían encontrar dificultades causadas por la diferencia
entre los ámbitos de enseñanza, que es el ambiente lingüístico del chino o el
de otros idiomas. Segundo, los
materiales se tienen que enfrentar al reto en el proceso de actuar según la
situación concreta de cada momento. A veces, el libro es adecuado para
estudiantes de los Estados Unidos mientras que es lo contrario para los de
Inglaterra. Además, hay mucho espacio para mejorar en la didáctica. Generalmente,
los extranjeros están firmemente convencidos de que el chino es uno de los más
difíciles del mundo. Por lo tanto, se necesita una didáctica para romper este
¨conjuro¨, y cambiar su prejuicio por la
dificultad que tiene el chino, y que una buena didáctica pueda hacerlo
fácil.
En mi opinión, aunque el
ambiente lingüístico se trata de un límite objetivo e incambiable, podemos
hacer algo para mejorar la situación. Creo que se debe poner importancia en la
creación del ambiente lingüístico de estudio para los estudiantes extranjeros. Podría
aprovechar bien los recursos humanos de los chinos en el extranjero como ayuda
al Instituto Confucio a organizar actividades lingüísticas para practicar el
chino, y elevar el ánimo de estudio de los estudiantes. Además, pedir ayuda del
gobierno local para abrir canales de televisión en chino sería otra manera de
crear un ambiente lingüístico y puede favorecer la comunicación cultural al mismo
tiempo.
La comunicación
intercultural no solamente consiste en propagar la cultura china en el
extranjero; conocer bien la cultura de otros países también juega un papel
importante. Hablar de comunicación intercultural es hablar de comunicación
entre las diferentes culturas de nuestro tiempo y de que esa comunicación ha de
basarse en el entendimiento, la aceptación, la convivencia y el intercambio
beneficioso para todos. Para la mejora del desarrollo del Instituto de Confucio
y la de la comunicación cultural, en mi parecer, hay que poner atención a las
perspectivas siguientes:
1)
Una buena política de comunicación cultural necesita
evaluar sus propios recursos y conocer muy bien el medio en el que se va a
realizar la comunicación para el mejor aprovechamiento de las acciones en
marcha. Como se sabe, la cultura tiene muchos aspectos, es decir, la historia,
la pintura, la gastronomía, la literatura, la música etc. Por eso se deben
evaluar bien los recursos culturales del país y seleccionar las partes adecuadas
en el proceso de la comunicación cultural para adquirir un mejor efecto sobre
los receptores. Similarmente, para elegir entre distintos medios de
comunicación, como por ejemplo las películas, los periódicos, las exposiciones
de pintura, etc. se necesita conocer claramente cuál
podría realizar su función perfectamente en las distintas condiciones
culturales.
2)
Hay que saber qué puede ser lo más interesante para los
receptores de cada país. Los diferentes
países tienen diferentes estructuras sociales, reglas comerciales y formas de
establecer relaciones. Así que en la comunicación cultural es muy importante
estar enterados del gusto de los diferentes receptores para que comprendan y
acepten la cultura china y cambien su percepción previa o prejuicios.
3)
La comunicación intercultural es siempre a largo plazo. Como
se sabe, los cambios de actitudes son lentos. Para aceptar las discrepancias y
sus consecuencias superando las barreras culturales, psicológicas, sociales,
políticas y religiosas, se requiere un cambio de actitud. Es decir, que si bien
podemos asirnos a nuestras convicciones más profundas, las que forman parte de
nuestra identidad y abrazarnos firmemente a ellas, debemos a la vez entrar en
diálogo con otras convicciones igualmente profundas, sin tratar de imponer las
nuestras, por lo tanto, desde consideraciones y argumentaciones de
superioridad. Ciertamente se avanza en estos cambios de actitudes, pero de
forma lenta. En consecuencia, será imposible que la comunicación cultural
obtenga mucho éxito en poco tiempo, ya que siempre es un proceso a largo plazo.
4)
Extender la cultura nativa es siempre una buena
construcción del fondo de la comunicación. Con una historia larga y muchos
recursos culturales, China debe poner atención en mostrar la atracción de la
cultura al exterior para un mejor conocimiento por los demás. Evidentemente,
habrá una buena comunicación cuando se conozca mejor y más sobre el país y su
cultura.
5)
Aprender una lengua es conocer su cultura, porque lengua
y cultura siempre van unidas. Eso debe ser un principio de trabajo para el
Instituto Confucio y el Centro Cultural de China que son las dos organizaciones
oficiales más importantes para extender el idioma y la cultura. La relación
entre los dos es tan estrecha que no se pueda separar en la comunicación
cultural. Como organizaciones culturales, deben trabajar juntamente y añadir y
compensar cualquier defecto del otro para una comunicación cultural más
profunda y amplia.
* Ruiwen Zhang es Magíster
en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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