Las películas mudas se caracterizaban por tener actuaciones muy gestuales y enfáticas. Los actores conseguían expresar sus sentimientos e inquietudes valiéndose únicamente de su cara y su cuerpo, permitiendo así que los espectadores pudiesen seguir la trama de la película sin necesidad de sonidos.
En mi opinión, este método es aplicable a la enseñanza de idiomas, especialmente a la hora de trabajar con niños, ya que éstos no tienen aún la capacidad suficiente para expresarse oralmente en otro idioma. El profesor podría utilizar los gestos en la clase como una manera de complementar su enseñanza.
Antiguamente, el lenguaje gestual ya funcionaba como un medio eficaz para comunicarse. En la Antigua China los comerciantes inventaron unos gestos para expresar los números, pues en China existen numerosas naciones y cada una de ellas tiene su propio dialecto. El establecimiento de unos símbolos comunes para los números garantizaba el poder hacer negocios sin malentendidos.
Desde la perspectiva de la Semiótica, los propios gestos se convierten también en significantes que portan significados sin necesidad de sonidos o acompañan a estos sonidos complementándolos.
Según Gabriele Paschek, “al parecer, los gestos ayudan a la memoria operativa a focalizar la palabra buscada. [1]” Por ejemplo, el hecho de realizar inconscientemente el gesto de los números al decir los números del uno al diez. [2] En la clase de chino para niños de entre cinco y seis años, unos pocos gestos les ayudarán a recordar palabras de manera más efectiva, estos gestos serían: agitar la mano cuando aprenden a decir hola, levantar el pulgar para expresar “Estoy bien” en chino, etc..
Respecto a los cuatro tonos de Pinyin [3] representan una de las mayores dificultades en el aprendizaje del chino. Para facilitar su estudio los gestos constituyen un método muy eficaz. Para enseñar palabras en pinyin, los profesores pueden apoyarse en la realización de gestos con las manos, imitando así la forma de los tonos (— / ∨ ﹨). Poco a poco, los movimientos irán dejando huella en el cerebro de los alumnos, que irán asociando los gestos al pinyin. En mi experiencia, he podido observar cómo algunos alumnos no sólo hacen los gestos con la mano sino también con la cabeza, moviéndola en distinta dirección según el tono que corresponda.
Por otro lado, debemos señalar que los gestos fomentarán la memoria de los alumnos y le ayudarán a establecer conexiones entre los contenidos que repiten de forma mecánica y su verdadero significado.
Un buen ejemplo de la efectividad de asociar gesto y conocimiento es la popular canción infantil “Head, shoulders, knees and toes”, que también tiene su versión china. La letra de la canción está compuesta por el vocabulario de las partes de cuerpo como; cabeza, hombro, rodilla, pie, ojos, orejas, nariz, boca, etc. Siempre que enseño esta canción a mis alumnos la acompañamos de gestos, señalando las partes del cuerpo que va indicando la canción.
Un día, durante la realización de un examen, una de las preguntas hacía referencia a las partes de cuerpo, que los alumnos debían emparejar con su dibujo correspondiente. Al cabo de un tiempo de empezar el examen, pude escuchar como uno de los alumnos estaba cantando y haciendo los gestos de la canción para recordar el vocabulario, y cómo sus compañeros lo imitaban para encontrar la respuesta correcta.
Desde el punto de vista de la psicología histórico-cultural, los profesores juegan un papel social importante en el aprendizaje. Cuando un profesor tiene una actitud de mero transmisor, “el de un experto que ´deposita´ o ´vuelca´ su conocimiento sobre los estudiantes” solo podremos optar a “conseguir una acumulación de conocimientos memorizados y compartimentados, que el alumno no podría utilizar como base para otros aprendizajes y que, en el mejor de los casos, terminaría por olvidar”. [4] Por ello, es importante que el profesor no sea un transmisor, sino que actúe como instructor de sus alumnos, guiándolos y fomentando la construcción de su propio aprendizaje.
Aunque tienen sus límites, considero que enseñar a través de gestos sería un buen método para fomentar la memorización de nuevos conocimientos, a la vez que favorecemos una buena interacción entre el profesor y los alumnos, creando un clima de seguridad y confianza en el aula. Además, esto nos permitiría dejar un poco de lado el aprendizaje a través exclusivamente de la memorización, y favorecer un aprendizaje donde los conocimientos se asimilen de forma más novedosa y lúdica, pasando a formar parte de la rutina diaria de la clase.
[2] Normalmente, los gestos numéricos chinos sólo representan del número 1 al 10.
[3] Sistema de transcripción fonética del idioma chino.
[4] Cubero, R., Cubero, M., Santamaría, A., Saavedra, J., Yossef, J. 2007. Aprendizaje y Psicología Histórico-Cultural. Aportaciones de una perspectiva social del aula. Universidad de Sevilla, Investigación en la escuela, No. 62.
* Xiaoling Wang es licenciada en Pedagogía, Máster en Periodismo por la UCM, en donde realiza su doctorado actualmente.
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