por Dandan Chen*
(UCM)
La película
Agua (Water, Deepa Mehta 2005) cuenta una historia que ocurrió en un ashram
hindú (casa de las viudas) en 1938, cuando las viudas todavía vivían bajo
condiciones extremamente duras. Según la ley de Manu (1) ,
si una mujer queda viuda, tiene tres opciones: incinerarse junto a su marido, casarse con el hermano menor del marido,
o vivir una vida de abnegación. La película empieza con la muerte del
marido de Quya, una niña de siete años, el destino que le espera es ser enviada
a un ashram para llevar una vida de sacrificio. De allí, a través de los ojos
de Quya, nos presenta como es la situación de supervivencia de las viudas en
los años 30.
Agua es uno de los tres
elementos de la directora indo canadiense Deepa Mehta, las otras dos obras de
la trilogía son Fuego (1996) y Tierra (1998), que tratan también sobre la
situación de las mujeres indias. Indudablemente, la identidad de mujer india y su
experiencia extranjera le ha permitido a Mehta filmar unas películas tan
impactantes. Como mujer india, ella posee conocimientos profundos sobre su
propia cultura y la situación de las mujeres y las puede reflejar con fidelidad
en sus películas; por otra parte, gracias a la experiencia de vivir en Canadá,
la directora obtuvo una visión exterior al mirar las cuestiones de su país.
Cabe mencionar que durante la filmación de la película experimentó duras luchas
contra muchos adversidades, ya que fue irrumpida varias veces por acusaciones
falsas, tensiones, manifestaciones de las derechas conservadoras y al final, la
directora Mehta fue obligada a llevar a cabo la filmación de la
película en Sri Lanka en lugar de en su país, India.
La castración de la feminidad y el tercer género: viuda
Como se muestra
en la película, las viudas en el ashram llevan una túnica blanca, mejor dicho,
una tela gruesa sin coser, y queda prohibido llevar adornos ni joyas. Una vez
ha muerto su marido, ellas se tienen que rapar la cabeza y llevar el pelo muy
corto durante toda su vida. La única excepción es Kalyani, quien puede tener el
pelo largo para deleitar a los clientes. Además, ellas se tienen que marcar la
cara con ceniza en muchas ocasiones. Con todos estos medios se consigue
anularles la feminidad. Ellas no son identificadas como mujeres, sino viudas.
En la cultura de India, el blanco es el color de
luto; las viudas están obligadas a vestirse de color blanco o gris ligero, que
son los colores sin vida. Por una parte, eso es por motivos económicos, pues su
único ingreso proviene de mendigar en la calle, cuya cantidad incluso no les
llega para cubrir los gastos de comida diaria y no les sobra dinero destinado a
cosas de maquillaje y ropa. La otra causa más primordial es porque, según el libro de Manu, la esposa es una
parte del marido, y cuando este muere, la esposa también está medio muerta.
La tradición que se les aplica tiene dos propósitos principales, uno es de esta
forma obligarles a permanecer enlutadas eternas de su marido y manifestar su
insistencia de la pureza de cuerpo y alma; el otro es que, en comparación con
las demás mujeres, quienes llevan ropa de colores llamativos y joyería, la
sencillez y modestia de su ropaje les reprime la feminidad atractiva, y así
atenuan su atracción a los hombres. A través
de esta castración de la feminidad , las viudas pierden su identidad como mujeres.
Ellas no están
admitidas por ningún género ni mujer ni hombre, pero recibe de ellos la
discriminación doble, primero por ser mujer y luego por ser viuda. Este grupo
marginal apenas tiene contactos con la sociedad. Sin amigos, sus familiares les
ignoran y se olvidan de su existencia. Ellas fueron despreciadas por la
sociedad como clase inferior al ser humano, como un engendro que traerá mala
suerte y con el que la gente quiere marcar distancia.
El agua y la reencarnación
El nombre
de la película es Agua. Como una
constante en la película, el agua se relaciona íntimamente con la vida de los
indios. La ceremonia de boda se efectuá en una barca sobre el agua, la gente se
ducha en el río, la cremación de cadáver es en la orilla y luego se le arroja
hacia el agua. Es la religión que brinda un sentido enriquecedor al agua, que según
ella, es el sitio que el ser humano consigue su reencarnación. Para los
hinduistas, allí esta vida finaliza y la siguiente comienza. Por eso hoy en
día, los creyentes más fieles siguen practicando la peregrinación al Rio Ganges
para poder lavarse el cuerpo y purificar el alma, y morirse allí para conseguir
una reencarnación mejor.
El día en
que se queda viuda la mujer, su vida ya está muerta; pasará toda la vida esperando
que llegue la muerte. La única aspiración suya es poder encarnarse en un
hombre. Bajo este contexto, la tía,
la mujer mayor del ashram, antes de morirse, utiliza el último aliento con toda
la fuerza que le queda en esta vida pidiendo agua. Consciente de que no podía
morirse al lado del río, está conforme de limpiar su cuerpo con el agua, con el
miedo de no poder renacer en hombre en la siguiente vida. A ella el último y el
único recuerdo delicioso de este mundo es el sabor de Lazo (una dulce que se come sólo en la boda), y la cosa más
deliciosa que ha comido en su vida.
Una forma de vivir, como flor de loto
En la
Sutra, la flor de loto en el agua no se deja ensuciar por cuestiones mundanas, considerado
el símbolo de pureza, virtud y reencarnación. En el carruaje, Kalyani contó a su
amante Narayan, para ella es ideal poder vivir como flor de loto, el agua la
hace crecer y la purifica, la mantiene desinfectada del barro. Es una metáfora
de su situación propia, aunque la jefa del ashram, Madhumati, le obliga a
efectuar prostitución para ayudar en los gastos básicos del ashram, ella no ha
perdido su fe ni se deja debilitar la pureza mental de sí misma. En la
película, Kalyani frecuenta el río para lavar a su perrito, a Chuiya, y a sí
misma. Como todos los hinduistas, Kalyani sostiene la creencia de que el agua le
depurará de las cosas sucias. Sin embargo, la suciedad del mundo es mucho más
potente que su fe. Cuando la barca de amor que debería conducirle a la
felicidad llega a la casa de Narayan, la realidad le pegó fuertemente una
bofetada en su cara, descubrió que el padre de su amante era uno de sus clientes.
De repente, toda su fe y confianza en el amor se han arruinado ante la
tradición; quedó totalmente desesperada y no tuvo otro remedio que elegir
ahogarse en el río.
La situación actual de las viudas en India
En
comparación con lo que hemos visto en la película, la situación actual de las
mujeres viudas no han mejorado particularmente nada. Este tipo de tragedia no
ha dejado de ocurrir en la India de hoy. Según un reportaje publicado en ABC en
2013, todavía hay más de 30,000 viudas que viven en Vrindavanhoy, su otro
nombre es la ciudad de las viudas. Según
Diana Ros, la fundadora de « SOS MUJER»,
«veo a las mujeres vagando como fantasmas, rezando durante ochos años por una
rupia (que equivale a 0,01457 euros)».
Según el
Código de Manu, «una mujer no será nunca independiente,
una viuda debe sufrir muchos antes de morir, debe ser pura en cuerpo,
pensamiento y alma». Sin embargo, según la ley, se
establece que la viuda debe recibir anualmente unas 1.500 rupias y tienen
derecho sobre las pertenencias de sus maridos. Como muchas de ellas son analfabetas,
no saben leer ni escribir. Como estas leyes pueden perjudicar a los beneficios
de los demás, nadie les informa de tal ley y los derechos que deben tener y
reclamar.
Al final de
la película, nos da la repuesta de por qué las viudas tienen que llevar una
vida de sufrimiento: porque la religión está tratando de esconder una realidad.
El verdadero motivo de aplicar esta tradición es nada más para ahorrar una
boca, una cama, un rincón. En un país donde la religión tiene mucha mas influencia
que la ley, y por la falta de educación, estas mujeres inocentes han sido
sacrificadas para beneficio de los demás.
(1) "India,
donde ser viuda supone estar muerta en vida", ABC 6/04/2013
http://www.abc.es/internacional/20130406/abci-india-viudas-vida-201304051754.html
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