domingo, 27 de septiembre de 2015

Cebollas peladas con lágrimas

Por Xiaoling Wang*
La vida es como pelar cebollas, una capa tras otra. Cuanto más cerca del centro, se llora más a lágrima viva. La película Mil años de oración cuenta la historia como "si se pelara una la cebolla”. Cada vez nos revela un poco de la verdad, nos da informaciones a través de los detalles, nos enseña el conflicto entre el padre y la hija por pocas palabras. El proceso hacia el final es duro, pero merece la pena.

La soledad del padre y de la hija
“Hace falta trescientos años de oración para cruzar un río con alguien en una barca. Hace falta mil años de oración para compartir la almohada con alguien.” Otros diálogos en la película también son proverbios chinos. Dicen que la gente no se reúne por la suerte o la casualidad sino por la oración. Con una Oración de mil años podrás obtener alguien a tu lado, con oración de mucho más años podrán reunirse como una familia. Así que nosotros los chinos estimamos mucho la unidad de la familia y las relaciones entre los miembros.
Eso explica una escena en la película: al llegar a la casa de su hija, Yilan, en los Estados Unidos, el señor Shi colgaba una decoración con forma de abanico chino en la puerta. Cuando volvía Yilan del trabajo al ver el abanico que tenía escrito encima un carácter chino “” (fú, significa suerte), lo tiró enseguida, entró y cerró la puerta. Un rato después, se abre la puerta, tendió el brazo de ella desde dentro de la casa y colgó de nuevo el ornamento. Se ve el conflicto entre ellos, pero también nos muestra que Yilan está siendo tolerante.
Doce años viviendo en los Estados Unidos no le quita la raíz de China a Yilan. Dentro de su corazón hay un lugar que pertenece a la cultura china, que tiene una personalidad muy tradicional. Dijo Max Weber: “El hombre es un animal suspendido en las redes de significado que él mismo ha tejido.” (cit. Clifford Geertz , 1973:5) En el caso de Yilan, las redes la ligan tan fuerte que no podía sentirse feliz. Ella cree que el hecho de hablar inglés la ha liberado; como dijo a su padre: “Si te educan en una lengua que jamás se utiliza para expresar sentimientos, te será fácil adoptar otra y hablar más en ella. Te convertirá en una persona distinta”. Sin embargo, logra tanto la libertad como la soledad.


El señor Shi viene para ayudar a su hija, que se ha divorciado de su marido. Él  siente que su hija es muy infeliz. Hay un dicho en chino que dice “los padres son esclavos de sus hijos”. Les preocupan todas las partes de vida de los hijos desde pequeños hasta ser adultos para desempeñar bien el papel de ser padres. En este sentido, el padre no sólo tiene la autoridad de revisar la habitación de su hija, sino también asume la responsabilidad de buscar otro hombre para ella, pero todo esto le molesta mucho a Yilan.
Antes el padre siempre buscaba excusas por su ausencia mientras que Yilan y su madre lo aguantaban. Y ahora Yilan también permanece muda con sus secretos. Las personas con secretos se sienten solas debido a que no pueden compartir sus sentimientos. El padre se preocupa mucho por su hija y la hija no quiere hacerle ningún daño a él.
En la película hay unas escenas de cenas del padre y su hija. La mesa está llena de platos exquisitos, mientras que el espacio está lleno de silencio. Poco diálogos  nos transmiten el conflicto de los dos personajes; no podían comunicar con los corazones cerrados.

Las muñecas rusas
En la película el señor Shi encuentra dos muñecas rusas en la habitación de Yilan. Él levantó las tapas y advirtió que las muñecas de dentro estaban mezcladas. Él las puso todas en los lugares que deberían estar.

De esta escena se podrían desarrollar unas interpretaciones distintas. Puede representar las personalidades diferentes de la hija. Una tranquila e infeliz, habla poca palabras en chino, mientras que dentro hay otra que sabe reír y está enamorada, expresa sus sentimientos en inglés. A lo mejor, revela la verdad de la vida. La señora iraní Madam le contó al señor Shi siempre el buen lado de su vida, que ama a América. Sin embargo, resultó que se albergaba en una residencia viviendo sola. O quizás la escena simplemente representa que el padre determinó arreglar la vida de su hija.
Prefiero verlas como un soliloquio del corazón de Yilan. Ha sido ella la que colocó mal las muñecas, y probablemente con intención. Lleva ya doce años en los Estados Unidos, el barrio todavía le parece desconocido. Nadie puede llamarse su familia, ni su amante ni su padre. Mantiene la distancia con la gente que se preocupa por ella. Una noche después de una conversación incómoda con su padre, Yilan buscó una excusa y fue sola a ver una película en el cine. Si la libertad le daba opciones, ella eligió la pérdida.
Según Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson [1], la experiencia puede moldear nuestro cerebro, podemos realmente reconfigurar el cerebro para ser más sanos y felices. El caso de Yilan verifica esta teoría por otro lado. La experiencia de la infancia reconfiguró su cerebro, moldeó su personalidad y la condujo a la infelicidad. Por tanto, aunque parece fría e impaciente ante su padre, Yilan vive a la sombra del señor Shi. La vida de ella es una repetición de la que ella pensaba que había tenido su padre – enamorarse de alguien y destruir una familia.
Hay otro proverbio chino que dice “los chismes hacen daños”. Cuando el sueño del señor Shi se convirtió en una pesadilla, él empezó a tejer mentiras piadosas para su familia. Él impregna el nombre de la hija con el amor de su carrera. No nota que los chismes sobre él mismo han tenido una gran influencia en su hija y en su familia. Sigue amando y protegiendo a Yilan a su propia manera. Una manera que cuanto más preocupación muestra él, provoca que más lejos quiera huir su hija. Su amor no puede acercarse a su hija sin herirla.



Una paradoja del lenguaje
El director de la película Wayne Wang dijo “me quedé fascinado con la idea de que el lenguaje pueda actuar como agente liberador y represor de la expresión de un individuo”. Yilan creyó que no se educaba en cómo utilizar el idioma chino para expresar sentimientos. O mejor dicho, no se los han enseñado en el contexto chino.
Hay una máxima del Duque de LaRochefoucauld: "Hay gentes que no se hubieran enamorado jamás de no haber oído hablar de amor". El amor, algo que entendemos como un sentimiento auténtico, nace de las palabras. Es necesario haber oído hablar del amor para sentirlo, porque sentirlo – reconocerlo – es ya verbalizarlo [2]. Si de pequeña, nadie le ha hablado ni le ha enseñado a Yilan el amor , ¿cómo sabrá expresarlo en chino?
Los chismes han dado a Yilan bastantes informaciones sobre la aventura de su padre. Cada vez que él habla de que estaba muy ocupado en estudiar los cohetes espaciales, ya sabían que era una excusa. Poco a poco, ella ha dejado de confiar en él. Todo lo que su padre dice le parecen mentiras. En la película, cuando su padre le dijo que el abuelo sabía hablar inglés, ella respondió : “Pero me dijiste que mi abuelo era un portero”. Por un lado no siente el amor de su padre , y por otro lado lo necesita verdaderamente.
El idioma inglés le aporta una posibilidad de expresarse, pero ella lo usa no sólo para expresar sus sentimientos sino también los pensamientos chinos. “Vemos, escuchamos y obtenemos experiencia como lo hacemos, principalmente porque los hábitos lingüísticos de nuestra comunidad nos predisponen hacia ciertas clases de interpretación.[3]” Profundamente, los hábitos lingüísticos de la cultura china le definen. Ella es una mujer muy tradicional, cree en la oración, siempre respeta a su padre, soporta mansamente el escándalo por su causa. En su corazón hondamente hay sentimientos complicados que no se puede explicar ni en chino ni en inglés.
Los malentendidos se producen por falta de la comunicación. Cuando Yilan desveló el secreto y la desconfianza en su padre, el amor a su hija obligó al señor Shi a dejar su autoridad de padre y contó la verdad. Una historia triste. Resulta que él era un hombre honrado, pero no pudo escaparse del destino.
Al final, el señor Shi se fue. Al escuchar la sirena del tren Yilan sonreía. Era una sonrisa de alivio, por eliminar los malentendidos, por liberarse de guardar los secretos, por quitarse la soledad. Ella no fue a despedirse de su padre porque él dijo que: “En nuestra familia nunca nos despedimos.” Sí, ellos se han reunido como una familia de nuevo. También por eso, ella sonreía, ya no le importa en chino o en inglés. Si se entienden bien, está feliz sin hablar nada.
Una película estupenda, la experiencia de verla es como saborear el té: se bebe lentamente, al principio tiene un sabor amargo, pero luego se siente un regusto aromático.



[1] Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson (2014), El cerebro del niño 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en desarrollo de tu hijo(p. 24). ALBA, España.
[2] Joaquín Ma Aguirre Romero (1996-1997), Palabras y vacío Lenguaje y tópico en la obra de Gustave Flaubert, Espéculo: Revistas de Estudios Literarios, No. 4.

[3] Edward Sapir (1929). The status of linguistics as a science. En D. G. Mandelbaum (Ed.), Selected writings of Edward Sapir in Language, Cultura and Personality (p. 69). Berkeley: University of California Press.


* Xiaoling Wang es licencida en Pedagogía, Máster en Periodismo en Investigació por la UCM, en donde realiza su doctorado actualmente.

2 comentarios:

  1. Me encanta tu blog ( especialmente el otro ) y aunque son temáticas distintas, estoy cambiando el enfoque del mio. Sería un orgullo tenerte enlazado, yo al menos pondré el tuyo en mi lista...

    Saludos!

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    1. Gracias! Y perdón por la tardanza. No vi el comentario hasta hoy. Un saludo

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