Por
Xiaoling Wang*
La vida es
como pelar cebollas, una capa tras otra. Cuanto más cerca del centro, se llora más
a lágrima viva. La película Mil años de
oración cuenta la historia como "si se pelara una la cebolla”. Cada vez
nos revela un poco de la verdad, nos da informaciones a través de los detalles,
nos enseña el conflicto entre el padre y la hija por pocas palabras. El proceso
hacia el final es duro, pero merece la pena.
La soledad del padre y de la hija
“Hace falta
trescientos años de oración para cruzar un río con alguien en una barca. Hace
falta mil años de oración para compartir la almohada con alguien.” Otros
diálogos en la película también son proverbios chinos. Dicen que la gente no se reúne por la suerte o la casualidad sino
por la oración. Con una Oración de mil
años podrás obtener alguien a tu lado, con oración de mucho más años podrán
reunirse como una familia. Así que nosotros los chinos estimamos mucho la
unidad de la familia y las relaciones entre los miembros.
Eso explica una
escena en la película: al llegar a la casa de su hija, Yilan, en los Estados
Unidos, el señor Shi colgaba una decoración con forma de abanico chino en la
puerta. Cuando volvía Yilan del trabajo al ver el abanico que tenía escrito
encima un carácter chino “福” (fú, significa suerte), lo tiró enseguida, entró y
cerró la puerta. Un rato después, se abre la puerta, tendió el brazo de ella desde
dentro de la casa y colgó de nuevo el ornamento. Se ve el conflicto entre
ellos, pero también nos muestra que Yilan está siendo tolerante.
Doce años
viviendo en los Estados Unidos no le quita la raíz de China a Yilan. Dentro de
su corazón hay un lugar que pertenece a la cultura china, que tiene una
personalidad muy tradicional. Dijo Max Weber: “El hombre es un animal
suspendido en las redes de significado que él mismo ha tejido.” (cit. Clifford
Geertz , 1973:5) En el caso de Yilan, las redes la ligan tan fuerte que no
podía sentirse feliz. Ella cree que el hecho de hablar inglés la ha liberado; como
dijo a su padre: “Si te educan en una lengua que jamás se utiliza para expresar
sentimientos, te será fácil adoptar otra y hablar más en ella. Te convertirá en
una persona distinta”. Sin embargo, logra tanto la libertad como la soledad.
El señor Shi
viene para ayudar a su hija, que se ha divorciado de su marido. Él siente que su hija es muy infeliz. Hay un
dicho en chino que dice “los padres son esclavos de sus hijos”. Les preocupan
todas las partes de vida de los hijos desde pequeños hasta ser adultos para desempeñar
bien el papel de ser padres. En este sentido, el padre no sólo tiene la
autoridad de revisar la habitación de su hija, sino también asume la
responsabilidad de buscar otro hombre para ella, pero todo esto le molesta
mucho a Yilan.
Antes el
padre siempre buscaba excusas por su ausencia mientras que Yilan y su madre lo
aguantaban. Y ahora Yilan también permanece muda con sus secretos. Las personas
con secretos se sienten solas debido a que no pueden compartir sus
sentimientos. El padre se preocupa mucho por su hija y la hija no quiere hacerle
ningún daño a él.
En la
película hay unas escenas de cenas del padre y su hija. La mesa está llena de
platos exquisitos, mientras que el espacio está lleno de silencio. Poco diálogos
nos transmiten el conflicto de los dos
personajes; no podían comunicar con los corazones cerrados.
Las muñecas rusas
En la
película el señor Shi encuentra dos muñecas rusas en la habitación de Yilan. Él
levantó las tapas y advirtió que las muñecas de dentro estaban mezcladas. Él las
puso todas en los lugares que deberían estar.
De esta
escena se podrían desarrollar unas interpretaciones distintas. Puede
representar las personalidades diferentes de la hija. Una tranquila e infeliz,
habla poca palabras en chino, mientras que dentro hay otra que sabe reír y está
enamorada, expresa sus sentimientos en inglés. A lo mejor, revela la verdad de
la vida. La señora iraní Madam le contó al señor Shi siempre el buen lado de su
vida, que ama a América. Sin embargo,
resultó que se albergaba en una residencia viviendo sola. O quizás la escena simplemente
representa que el padre determinó arreglar la vida de su hija.
Prefiero
verlas como un soliloquio del corazón de Yilan. Ha sido ella la que colocó mal
las muñecas, y probablemente con intención. Lleva ya doce años en los Estados
Unidos, el barrio todavía le parece desconocido. Nadie puede llamarse su
familia, ni su amante ni su padre. Mantiene la distancia con la gente que se
preocupa por ella. Una noche después de una conversación incómoda con su padre,
Yilan buscó una excusa y fue sola a ver una película en el cine. Si la libertad
le daba opciones, ella eligió la pérdida.
Según Daniel
J. Siegel y Tina Payne Bryson [1], la experiencia puede moldear nuestro
cerebro, podemos realmente reconfigurar el cerebro para ser más sanos y
felices. El caso de Yilan verifica esta teoría por otro lado. La experiencia de
la infancia reconfiguró su cerebro, moldeó su personalidad y la condujo a la
infelicidad. Por tanto, aunque parece fría e impaciente ante su padre, Yilan
vive a la sombra del señor Shi. La vida de ella es una repetición de la que
ella pensaba que había tenido su padre – enamorarse de alguien y destruir una
familia.
Hay otro
proverbio chino que dice “los chismes hacen daños”. Cuando el sueño del señor
Shi se convirtió en una pesadilla, él empezó a tejer mentiras piadosas para su
familia. Él impregna el nombre de la hija con el amor de su carrera. No nota
que los chismes sobre él mismo han tenido una gran influencia en su hija y en
su familia. Sigue amando y protegiendo a Yilan a su propia manera. Una manera
que cuanto más preocupación muestra él, provoca que más lejos quiera huir su
hija. Su amor no puede acercarse a su hija sin herirla.
Una paradoja del lenguaje
El director
de la película Wayne Wang dijo “me quedé fascinado con la idea de que el
lenguaje pueda actuar como agente liberador y represor de la expresión de un
individuo”. Yilan creyó que no se educaba en cómo utilizar el idioma chino para
expresar sentimientos. O mejor dicho, no se los han enseñado en el contexto
chino.
Hay una
máxima del Duque de LaRochefoucauld: "Hay gentes que no se hubieran
enamorado jamás de no haber oído hablar de amor". El amor, algo que entendemos como un sentimiento auténtico, nace de
las palabras. Es necesario haber oído hablar del amor para sentirlo, porque
sentirlo – reconocerlo – es ya verbalizarlo [2]. Si de pequeña, nadie le ha
hablado ni le ha enseñado a Yilan el amor , ¿cómo sabrá expresarlo en chino?
Los chismes
han dado a Yilan bastantes informaciones sobre la aventura de su padre. Cada
vez que él habla de que estaba muy ocupado en estudiar los cohetes espaciales,
ya sabían que era una excusa. Poco a poco, ella ha dejado de confiar en él.
Todo lo que su padre dice le parecen mentiras. En la película, cuando su padre
le dijo que el abuelo sabía hablar inglés, ella respondió : “Pero me dijiste
que mi abuelo era un portero”. Por un lado no siente el amor de su padre , y por
otro lado lo necesita verdaderamente.
El idioma inglés
le aporta una posibilidad de expresarse, pero ella lo usa no sólo para expresar
sus sentimientos sino también los pensamientos chinos. “Vemos, escuchamos y
obtenemos experiencia como lo hacemos, principalmente porque los hábitos
lingüísticos de nuestra comunidad nos predisponen hacia ciertas clases de
interpretación.[3]” Profundamente, los hábitos lingüísticos de la cultura china
le definen. Ella es una mujer muy tradicional, cree en la oración, siempre respeta
a su padre, soporta mansamente el escándalo por su causa. En su
corazón hondamente hay sentimientos complicados que no se puede explicar ni en
chino ni en inglés.
Los
malentendidos se producen por falta de la comunicación. Cuando Yilan desveló el
secreto y la desconfianza en su padre, el amor a su hija obligó al señor Shi a dejar
su autoridad de padre y contó la verdad. Una historia triste. Resulta que él
era un hombre honrado, pero no pudo escaparse del destino.
Al
final, el señor Shi se fue. Al escuchar la sirena del tren Yilan sonreía.
Era una sonrisa de alivio, por eliminar los malentendidos, por liberarse de
guardar los secretos, por quitarse la soledad. Ella no fue a despedirse de su
padre porque él dijo que: “En nuestra familia nunca nos despedimos.” Sí, ellos
se han reunido como una familia de nuevo. También por eso, ella sonreía, ya no
le importa en chino o en inglés. Si se entienden bien, está feliz sin hablar
nada.
Una película
estupenda, la experiencia de verla es como saborear el té: se bebe lentamente, al
principio tiene un sabor amargo, pero luego se siente un regusto aromático.
[1] Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson (2014), El
cerebro del niño 12 estrategias revolucionarias para cultivar la mente en
desarrollo de tu hijo(p. 24). ALBA, España.
[2] Joaquín Ma Aguirre Romero (1996-1997),
Palabras y vacío Lenguaje y tópico en la obra de Gustave Flaubert, Espéculo:
Revistas de Estudios Literarios, No. 4.
[3] Edward Sapir (1929). The status of linguistics as a
science. En D. G. Mandelbaum (Ed.), Selected
writings of Edward Sapir in Language, Cultura and Personality (p. 69). Berkeley:
University of California Press.
* Xiaoling Wang es licencida en Pedagogía, Máster en Periodismo en Investigació por la UCM, en donde realiza su doctorado actualmente.
Me encanta tu blog ( especialmente el otro ) y aunque son temáticas distintas, estoy cambiando el enfoque del mio. Sería un orgullo tenerte enlazado, yo al menos pondré el tuyo en mi lista...
ResponderEliminarSaludos!
Gracias! Y perdón por la tardanza. No vi el comentario hasta hoy. Un saludo
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